viernes, 9 de julio de 2010

Una palabra clave

En el drama "La Casa de Bernarda Alba" predomina una situación de opresión hacia las hijas por parte de Bernarda y represión ya que nada de lo sucedido sale de la casa. Se podría decir que "¡Silencio! (Bernarda)" es una palabra clave de la obra por diferentes razones.

Primero, Bernarda Alba es un personaje opresor, que tiene una clase de posición dictatorial en el hogar. Esto se ve en la forma en que educa a sus hijas con gran disciplina. Incluso lleva un bastón, símbolo de poder, que usa para reforzar sus reglas físicamente. Su imagen inspira autoridad y sus hijas viven bajo sus reglas. Es esta posición de dictuadora que vuelve la casa en una especie de prisión.

Las hijas no tienen libertad en la casa, ellas viven en la carcel que ha creado Bernarda. Esto se ve en la forma en que ella decide extender la tradición de luto a ocho años. La exageración de las tradiciones y del enforzamiento de las normas, por parte de Bernarda, vuelve la casa en una carcel y ella se convierte en la carcelera. Por ello, nada sale de sus cuatro paredes y todo es reprimido dentro de ellas. "¡Enceradla! (Bernarda) ¡Dejadme salir, Bernarda! (Maria Josefa)".

Esta represión se debe a que en la época era muy importante la imagen y reputación que se tenía ante el pueblo. El regimen de Bernarda Alba está basado en el que diran de la comunidad. Por esta razón, ella busca una reputación impecable de ella y de sus hijas. "Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre (...) (Bernarda)". Bernarda es la máxima y única autoridad en la casa.

JOSEPH OLDHAM (Perú)