Los padres de vez en cuando necesitan ponelerle límites a sus hijos, cosa que con Cuéllar no hicieron.Sus padres después del accidente decidieron darle todo obedeciendo sus caprichos, pero se olvidaron que eran ellos quienes tenían la autoridad y el mandato de exigir o de ayudarlo.No querían que su hijo se sintiera mal por su accidente, por eso dejaban que hiciera lo que quisiera, tapaban sus desdischas con dinero.El adolescente niño malcriado se abusó de su libertad, hizo cosas que no debía hacer a su edad; desde abusar con las bebidas alchólicas hasta andar en auto a alta velocidad.Los padres nunca tuvieron la actitud o la fuerza para ponerle límites.Hay adultos que que son muy exigentes con respecto a los límites, pero esto tambíen hace que los adolescentes les provoque tener ganas de escaparse, de no obedecer, de no tener ganas de nada.En conclusión pienso que todo individuo debe tener límites, aunque le hayan pasado cosas terribles, porque sino va a hacer descontrol. Eso es lo que sucedió con Cuéllar.
Mirna Moreno.
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