sábado, 5 de julio de 2008

"La obsesión de Castel"

Cuando alguien como Castel está solo, su soledad se expande hasta que llega el amor. Pero no puede ser verdadero sino una obsesión. Castel estaba obsesionado con María Iribarne desde la primera vez que la vio, en el "Salón Primavera" donde presentaba su cuadro. Este tenía algo esencial una escena pequeña que él había pintado y que únicamente María había descifrado. Desde ese momento se obsesionó por ella, hasta el límite de matarla.
Creo que hay ocasiones en que uno puede sentirse obsesionado por algo o por alguien, pero llega un determinado tiempo en que la obsesión desaparece, sin embargo hay otras en la que esa necesidad insaciable del individuo llega a los extremos más inesperados, como la muerte o daño físico hacia el otro por más que lo amemos.
MAXMILIANO BALBUENA - ARGENTINA

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