lunes, 31 de agosto de 2009

"El pájaro rompe el cascarón"

''El pájaro rompe el cascarón. El huevo es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El Dios es Abraxas''. Sinclair se siente atraído por este mensaje e investiga lo más que puede sobre este Dios y aquí se remarcan los contrastes de la dualidad.

Desde el comienzo, Sinclair lleva a cabo su explicación del ''mundo luminoso'', un mundo recto, ordenado, puro, más bien lo que es visto socialmente con los mejores ojos, pero él se siente seducido por la parte oscura del mundo, la parte prohibida, oculta, lo malo. Demian le explica a Sinclair que lo que le parece malo es que se oculte la maldad y sin embargo, se le haga sólo culto al bien. Este Dios, ''Abraxas'' enlaza todo aquello, bueno y malo.

Más allá del dios ''Abraxas'', opino personalmente que tenemos que vivir la vida plenamente, disfrutarla, tratar de vivirla en todas sus tonalidades. Desde pequeños se nos enseña que debemos respetar, obrar el bien, seguir los caminos del bien y se nos regaña cuando rozamos lo ''oscuro'', las travesuras, las maldades, el egoísmo, el rencor, pero ¿Quién nos dijo que no era válido vivirlo? Es parte de nuestras vidas y en algún momento pasamos por ellas.

Está también la tesis de Demian sobre Caín y Abel. Yo creo que todos tenemos algo de ellos. Demian nos dice que la historia de que Caín mate a Abel puede ser solo un mito impuesto sobre él, solo porque aquellos descendientes de Caín marcados con una señal en la frente infundían temor sobre los débiles y por eso se les puso esa historia. No voy a decir si esto es verdad o mentira, pero estoy segura de que el autor quiso expresar que todos pisamos en algún momento la oscuridad y aún así se puede salir -seguramente con rasguños, ''marcas''- de aquel mundo.

Vuelvo a tomar la frase del comienzo de mi ensayo e interpreto que el pájaro es uno mismo y que muchas veces, por culpa de los estereotipos sociales, no nos atrevemos a a romper nuestro cascarón y lo hacemos cuando maduramos. Personalmente Demian me hizo volver a pensar sobre esas cosas de la vida, rozando muchas veces la nostalgia y llegando a un estado melancólico. Muchas veces me sentí muy identificada con Sinclair. Pienso que esa es la pasión la cual nos lleva a la literatura, las cosas bellas de la vida, las malas; y los que no se atreven a sentirlas, pues ¡No llevan la marca de Caín!.

Karina Logiohio - Argentina

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡AMO ESE LIBRO! Demian fué el segundo libro que leí... y definitivamente la psicología empleada en el me dejaron atónita.... Una muy completa obra en realidad :D