martes, 4 de mayo de 2010

Una mujer sin voz

Otelo, es una historia de mentiras, traiciones, rencor, resentimientos, dolor e injusticias.

Leyendo la obra se ve que Otelo fue muy injusto al no creer en las palabras de Desdémona, que manifestó ser inocente hasta el último momento de su vida. ¿Pero él tenía otro camino para seguir? Yo diría que cualquiera que se encuentre cerca de Yago estaría en peligro de convertirse en un Otelo. Pues el malvado personaje le envenenó la cabeza diciéndole mentiras acerca de Desdémona y Cassio.

Yago fundamenta su acción diciendo que odia al Moro ya que supuestamente se habría acostado con su mujer, pero ni siquiera lo supo con certeza. En realidad es un pretexto porque tampoco le importaba su mujer. Igualmente comienza con su plan y sus engaños.

En esa época, la voz de las mujeres no eran escuchadas, y por eso la palabra de Desdémona y su intento por defenderse se desvanecían ante el poder de los hombres y su corrupción, en otras palabras la opinión o los actos de Desdémona no tienen ninguna importancia para su marido, porque este solo escucha las intrigas que planea Yago, nublándole la mente.

Entiendo que al ser una tragedia sus personajes deben morir, asesinados unos a otros, o por medio de suicidios. Por lo tanto, en mi función como lectora, debo buscar una explicación en Otelo; por eso mi conclusión es que la falta de diálogo, confianza, la desvalorización de la mujer, genera tanta violencia. Otelo decía amar a Desdémona, no se pone en duda que sea así, pero este amor no le alcanzó, prevaleció en él “las palabras de un hombre” Yago.

Ana Tejerina - Argentina

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