Es la historia de un amor egoísta, salvaje y a veces inexplicable.
Por un lado, Heathcliff, un ser frío, calculador y a la vez subyugante que atrapa al lector en un mundo de pasión y venganza. En el cual cuesta creer como esa admirable pasión incondicional hacia “su” Catherine, lo transforma en cruel y vengativo. Y por otro, Catherine, un ser que se debate entre dos hombres que la aman sin condición y abnegadamente. ¿Ella los amaba a los dos? Según ella, Eduard era la comodidad, la tranquilidad, en cambio, Heathcliff, su otra parte, hasta creer que era ella misma, que ninguno de los dos podría existir sin el otro. Este amor tan egoísta no sólo la condujeron a la muerte sino que sacrificaría otros amores.
También se puede observar que el amor es inmanejable, que nos puede transformar de tal manera que podemos sentir y realizar acciones inexplicables; como dijo Heathcliff: - Muerte e infierno.
Desde mi punto de vista en esta historia podemos ver que los humanos somos capaces de manifestar el amor más intenso y la venganza más atroz.
Hernán Caceres - ARGENTINA -
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