jueves, 19 de agosto de 2010

Recordando a Dorian Gray

El joven Dorian Gray, con sus bellas facciones y el esplendor de la juventud, nos enseñó que no le durarían para siempre.

Cuando escuchó las palabras- que le cambiarían el pensamiento -de Lord Henry Wotton por vez primera, dio un giro rotundo a su vida. Al ver el retrato que Basil Hallward pinto de él, recordó las palabras de aquel hombre, que le advirtió sobre la brevedad de su belleza y juventud. Sintió miedo de perderla, de que desapareciera.

Sin duda esa parte de la historia para mí resulta trágica y fascinante. Me hizo dar cuenta de que las cosas que se aprecian de la vida no duran lo suficiente, el tiempo te las va quitando.

Antes creía que la etapa de la adultez era la mejor, pero ahora creo que la vida entera es fundamental . Todo lo que se puede llegar a ser, las cosas extraordinarias que se pueden experimentar hay que vivirlas al máximo y disfrutarlas, el tiempo es hoy, ser joven es una vez y nuestra vida es como una flor que crece en el jardín y se marchita con el pasar de los días, así es nuestra vida con el pasar de los años, no somos nada en el tiempo, solo un suspiro que muy pocos recordarán.

Dorian sin duda experimentó todo esto que expreso y mucho más, sabía que el destino de todo ser humano es nacer, crecer y morir, y que nada iba a ser eterno ni su belleza. Lo único que la perpetuaría sería un retrato, y que nada en el mundo podía cambiar eso.

El retrato es lo único que nos inmortaliza con el pasar de los años y de los siglos, en definitiva nosotros envejecemos y morimos.

Lopez Erica - ARGENTINA

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